El año pasado fue un año espectacular, vimos circular por el pasillo de nuestra morada a incontables personajes de la escena capitalina, los cuales vinieron a llenar nuestro hogar, dulce hogar, con alegrías y destrozos, con sus guitarras y perreos, con pizzas y arroz para soya; en fin, vinieron a prender nuestro primer año lejos de San Rosendo.
Así que aquí iré contando algunas de las anécdotas más notables, para su deleite y quizás nuestra humillación pública
Nos vemos pronto, por acá en el 1404
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